Una cuento, una ficción más para relajar la imaginación.

Se sospechaba que esa gente no estaba involucrada en la desaparición de testigos, de adolescentes y que infiltraban a sus hijos (al menos a los que no se alejaban de ellos porque por ejemplo de todos los hijos de Ernesto, (todos son Ernestos estos, porque Ernesto y Zalo se les dice a los chacales y carroñia, a los mentirosos y sus adeptos) el único que no vomita al verlo vive con el) en los movimientos sociales a los que desean eliminar sistemática y planificadamente otra vez, hacen bases de datos y generan accidentes o asaltos dudosos... y siempre fue así hasta que un hombre tuvo una idea, una idea que era parecida a lo que ellos hacen pero diferente porque era defenderse de lo que ellos hacen. Y así empezaron a recorrer las prisiones y villas las fotos de los que se creen tan impunes. Las explicaciones abrian la cabeza de gente enfurecida que juraba que un día "laburando" se los iba a cruzar.
FIN.

Esto es una ficción, como tantas otras, como poemas hermosos que me envian. El sol es tan hermoso que nunca hay que dejar caminar debajo de él y mucho menos por estúpidos cuentos en los que nadie debe ni tiene porqué creer. Si alguien se aprovecha de una ficción así para hacer una maldad es su responsabilidad, ese ser será un repugnante asesino o criminal, cosa que nosotros siempre hemos repudiado incluso hoy en día que vivimos amenazados. Pero al menos ha de servir para ejemplificar algo... o eso esperamos.

Hoy en día, las comunicaciones hacen milagros, atraviesan distancias y nos brindan la posibilidad de compartir.